QUISTES BUCALES
Quiste, es la cavidad patológica, revestida de epitelio, que
contiene material líquido y semisólido, por ejemplo: moco, queratina o residuos
celulares.
Este está formado por tres estructuras bien definidas:
1.
Una cavidad central o luz.
2.
revestimiento epitelial que es diferente
dependiendo del tipo, pudiendo ser plano estratificado queratinizado o no
queratinizado, pseudoestraticado, cilíndrico o cuboidal.
3.
Una cápsula o pared exterior, constituida por
tejido conjuntivo que contiene vasos sanguíneos, revestimiento epitelial y luz.
1. Quistes Odontógenos:
Quistes derivados de los restos de Malassez.
Quiste periapical.
Llamado también quiste radicular o quiste periodontal
apical. Quiste de origen inflamatorio derivado de los restos de Malassez,
que proliferan en respuesta a la inflamación desencadenada por la
infección bacteriana de la pulpa o en respuesta directa al tejido pulpar
necrótico, ya que la inflamación aparece en el ápice de la raíz de un
diente erupcionado cuya pulpa está debilitada por caries o traumatismo
dental. Las células epiteliales internas se necrosan y dan lugar a una
cavidad central o luz. Posteriormente se establece un gradiente osmótico a
través de la membrana que separa los líquidos del tejido conjuntivo del
tejido necrótico del quiste recién formado; aumentando el volumen dentro
de la luz por lo que el quiste crece de tamaño. Este tipo de quiste es el
más frecuente en la cavidad oral.
Clinica: menor a 1 cm de diametro, mas frecuente en dientes
anteriores.
Tratamiento: Dichos quistes se tratan mediante enucleación
tras la extirpación o el tratamiento endodóncico del diente responsable,
asegurándose de que al extirpar el diente se extirpe también el quiste ya
que puede conducir a su persistencia y crecimiento nuevamente.
Quistes derivados del epitelio reducido del esmalte:
Quiste dentigero.
Es aquel quiste odontogénico que rodea la corona de un
diente no erupcionado; se debe a acumulación de líquido entre el epitelio
reducido del esmalte y la superficie del esmalte, originándose un quiste
que en su luz está situada la corona mientras la raíz o raíces permanecen
por fuera. Este quiste generalmente se presenta en terceros molares
inferiores o superiores o con caninos superiores no erupcionados.
Clínica: suele ser asintomático, pero también puede
presentar alguna tumefacción o dolor especialmente si está inflamado.
Puesto que el quiste dentígero se forma alrededor de la corona de un
diente incluido, la arcada presentará al menos la ausencia de un diente.
Los quistes son diagnosticados mediante radiografía, presentándose como
imágenes radiolúcidas bien circunscritas que rodean la corona de un diente
impactado.
Quiste de erupción.
Es aquel quiste odontógeno con características de un quiste
dentígero que se desarrolla en el tejido blando que rodea la corona de un
diente en erupción y que se presenta clínicamente como una masa blanda
fluctuante sobre la cresta alveolar. La masticación inducirá, a veces,
hemorragia en un quiste de erupción, originando con ello un hematoma de
erupción. El quiste deriva del epitelio reducido del esmalte, y sus rasgos
histológicos son iguales a los del quiste dentígero.
La mayoría de dichos quistes no requieren tratarse porque se
rompen espontáneamente y acaban siendo exteriorizados debido a la masticación
normal. Los quistes de erupción que no evolucionan espontáneamente, la corona
del diente afectado puede exponerse quirúrgicamente, tratando el quiste y
dejando, de forma simultánea que el diente afectado haga erupción.
Quistes derivados de la lámina dental (restos de Serres):
Queratoquiste odontógeno.(QQO)
Es un quiste derivado de los restos de la lámina dental, con
un comportamiento biológico parecido al de una neoplasia benigna. La pared
muestra un revestimiento epitelial característico de seis a diez células de
espesor y una capa basal de células en empalizada junto con una superficie
paraqueratinizada ondulada. Puede aparecer en cualquier localización de
los maxilares, aunque cerca de dos tercios de los casos de estos quistes
se localizan en la mandíbula.
El QQO posee un notable potencial de crecimiento, mayor que
el de los otros quistes odontógenos, pudiendo alcanzar un gran tamaño, seguido
de una destrucción ósea masiva. La mayoría de los QQO son lesiones intraóseas,
pero en escasas ocasiones pueden ser lesiones extraóseas, encontrándose por
tanto dentro de los tejidos blandos gingivales. Estos QQO extraóseos raros se
llaman QQO periféricos.
Clínica: Los QQO afectan a pacientes de todas las edades,
pero mayormente a personas con edades comprendidas entre la segunda y tercera
décadas. Si se presentan QQO múltiples en un mismo paciente constituye uno de
los rasgos constantes del síndrome névico de células basales (Síndrome de
Gorlin-Goltz).
Las características relevantes de este síndrome, además del
QQO múltiple, son las costillas bífidas y carcinoma névico basocelular, la
calcificación de la hoz del cerebro, quistes epidermoides pequeños múltiples en
la piel(miliares) metacarpianos acortados y meduloblastoma (una neoplasia del
SNC).
Radiología: Ante una radiografía el QQO presenta el aspecto
de una lesión solitaria bien definida con márgenes lisos o festoneados, o de
una imagen radiolúcida multilocular o poliquística, que muestra un borde
cortical delgado. Si el quiste está inflamado o ha perforado el hueso su
visualización será muy difícil.
Histopatología: Los QQO se caracterizan por tener: a) un
revestimiento delgado y uniforme de epitelio escamoso paraqueratinizado (de 6 a
10 células de espesor); b) una capa en empalizada de células basales
prismáticas o cuboidales; c) una capa de paraqueratina ondulada en la
superficie luminar, y d) no posee papilas. Existe una separación entre el
revestimiento epitelial y el tejido conjuntivo adyacente por lo que éste se
encuentra libre de inflamación.
Tratamiento: El tratamiento de los QQO es la enucleación
quirúrgica. Si se ha producido una perforación extensa de la mandíbula en
algunos casos se ha empleado a veces la resección quirúrgica. Actualmente
también se practica la marsupialización de lesiones muy graves con el de
reducir el tamaño del quiste antes de la intervención quirúrgica. Además se
debe informar al paciente que puede ser necesaria alguna intervención más, por
cuanto pueden existir recurrencias clínicamente evidentes en los primeros cinco
años después del tratamiento. Por tanto es conveniente el seguimiento quístico
del lecho quirúrgico; tales individuos deben evaluarse para determinar si la
resección fue completa y para constatar la presencia de nuevos queratocitos y
síndrome de carcinoma de células basales nevoides.
Quiste periodontal lateral.
Son lesiones quísticas odontogénicas del desarrollo
intraóseo situadas lateralmente a la raíz de un diente erupcionado, de
crecimiento lento y no expansivo, que deriva de uno más restos de la lámina
dental y que contiene un revestimiento de una a tres células cuboidales y
engrosamientos o placas focales características.
Representan menos del 1% y pueden aparecer en cualquier edad
con un máximo entre los 40 y 70 años sin predilección racial o social.
Aproximadamente el 70% de ellos afecta a la mandíbula, predominantemente en la
región premolar y canina.
Clínica: se desarrolla habitualmente como una lesión
solitaria.
Radiología: se lo observa como una imagen radiolúcida
unilocular, pequeña y bien delimitada, con una na cortical, localizada
entre las raíces de los dientes vitales y la cresta alveolar, con menos de
1cm. de diámetro y se encuentra más habitualmente en la región premolar
inferior y en el maxilar, entre el canino y el incisivo lateral.
Histopatología: Presenta un revestimiento delgado de
epitelio no queratinizado con una a tres células de espesor, con células
clara que contienen glucógeno. Algunos quistes presentan engrosamientos o
placas epiteliales focales que presentan rasgos celulares observados en
los restos de Serres.
Tratamiento: El tratamiento de este quiste es la enucleación
quirúrgica y su recidiva es rara.
Quiste gingival del adulto.
A pesar de tener una patogenia similar, esta rara lesión se
clasifica separadamente del quiste periodontal lateral, debido a que su
presentación clínica es diferente. Los quistes gingivales del adulto se
localizan solo en los tejidos blandos de la encia por fuera del hueso y es
derivada de residuos de la lámina dental (Restos de Serre)
Clínica: Se muestra como un nódulo pequeño en las encías,
bien circunscrito, cubierto por mucosa normal, de un diametro que puede oscilar
entre unos pocos milímetros y 1 cm.
Radiología: La mayoría de estos quistes están confinados a
los tejidos blandos de la encía y, por tanto, no aparecen en las radiografías.
A veces, originan una depresión o aplanamiento inducido por presión en el hueso
alveolar subyacente que a veces es visible en la exploración radiológica.
Histopatología: En su mayoría, son lesiones de pequeño
tamaño, que poseen un revestimiento epitelial similar al del quiste periodontal
lateral. Este revestimiento está constituido por una delgada capa de células
cuboideas o escamosas, con ocasionales células claras. Solo en ocasiones pueden
ser poliquísticos.
Tratamiento: Este quiste se trata con escisión quirúrgica y
una vez extirpado no tiene tendencia a recidiva.
Quiste de la lámina dental del recién nacido.
Quiste de la Lámina Dental del Recién Nacido llamado también
quiste gingival del recién nacido o nódulos de Bohn o también perlas de
Epstein, son pequeñas lesiones en el reborde alveolar de los recién nacidos que
se forman a partir de residuos de la lámina dental. Aparecen como nódulos
asintomáticos múltiples o únicos en la mucosa alveolar, de 1 a 3 mm de diámetro
y color blanquecino. Estos quistes contienen queratina y remiten de forma
espontánea en unos meses.
Histopatología: Este quiste se encuentra revestido por un
epitelio plano delgado, de dos a tres capas de células de espesor,
estratificado y queratinizado y contienen queratina compactada descamada. Es
importante destacar la diferencia de edad en la que aparecen tanto el quiste
gingival del adulto como el de la lámina dental del recién nacido a pesar de
ambos derivar a partir de la lámina dental, probablemente la explicación radica
en la posibilidad de que los dos quistes procedan de dos láminas dentales diferentes:
la lámina dental primaria y la permanente.
Tratamiento: no se requiere tratamiento puesto que todos
involucionan de manera espontánea o se rompen antes de los tres meses de edad.
Quistes de conductos vestigiales:
Quiste del conducto nasopalatino.
También llamado quiste del conducto incisivo, es un quiste
intraóseo de desarrollo, situado en la línea media de la parte anterior
del paladar, derivado de los islotes de epitelio remanentes después del
cierre del conducto nasopalatino embrionario. Aunque la mayoría son
lesiones intraóseas, un reducido porcentaje aparece en el extremo inferior
del conducto incisivo, incluidos totalmente en el interior del tejido
blando del paladar anterior, llamándose quistes de la papila incisiva.
Radiología: Se presenta como una imagen radiolúcida bien
circunscrita, con una forma oval o de corazón, localizada en la línea media de
la parte anterior del maxilar, entre las raíces de los incisivos centrales.
Algunos de estos quistes son asintomáticos por tanto son descubiertos por la
exploración radiológica dental de rutina; pero otros están in amados y causan
dolor, presión y tumefacción.
Histopatología: Se encuentran revestidos por una capa de
epitelio cilíndrico ciliado (respiratorio) cuboidal o plano estratificado, o
por una mezcla de los dos. Cuando está inflamado presenta células plasmáticas y
linfocitos. La capsula del quiste presenta también vasos sanguíneos y nervios
periféricos.
Tratamiento: El tratamiento de este quiste consiste en una
escisión quirúrgica, empleando un abordaje palatino; la recidiva de este quiste
es rara.
Quiste nasolabial.
Llamado también quiste nasoalveolar o quiste de Klestadt, se
ha considerado que este quiste se origina a partir de los tejidos blandos
del vestíbulo anterior del maxilar, debajo del ala de la nariz y en la
profundidad del surco nasolabial. Han existido varias teorías a cerca de
su origen, pero la aceptada en la actualidad es la que estos se originan
de los residuos de las porciones inferior y anterior del conducto
nasolacrimal.
Clínica: Es una tumefacción indolora unilateral, o rara vez
bilateral del tejido blando que produce un aplanamiento del surco nasolabial en
la piel situada debajo del ala de la nariz. Normalmente estos quistes se
presentan en personas de 40 a 50 años de edad y preferentemente en mujeres. Si
se retrae adecuadamente el labio superior, este quiste puede verse también
intraoralmente como una tumefacción que se situa en el vestibulo del maxilar
superior. Este quiste se muestra como una hinchazón de las partes blandas del
pliegue mucobucal del maxilar, justo frente al canino, o en el suelo de la
nariz. Las molestias principales suelen ser la obstrucción nasal y una
sensación de presión.
Radiología: Puesto que este quiste se presenta en el
interior del tejido blando, su radiología no es clara a no ser que se inyecte
medio de contraste en la luz del quiste para facilitar su observación. A veces
se puede observar la reabsorción del hueso inducida por la presión de la parte
anterior del maxilar.
El examen histopatológico es necesario para establecer el
diagnóstico.
Histopatología: El quiste está revestido por una capa de
epitelio cilíndrico pseudoestratificado, con número variable de células mucosas
(caliciformes), o también por un epitelio cuboidal de tipo ductal. Con
frecuencia se suele observar algún grado del plegamiento interno de
revestimiento del quiste y del tejido conjuntivo asociado.
Tratamiento: Se trata con enucleación quirúrgica, siendo muy
cuidadosos en producir una perforación o el colapso de la lesión.
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